viernes, 14 de diciembre de 2007



Una liga sin liga:

Cuando se confirmó la cancelación del torneo profesional de béisbol de Puerto Rico, una veterana colega de la isla me escribió alarmada: "¡No habrá pelota invernal! Los viejitos que se encargan de las ligas y equipos deportivos en P.R. son unos sinvergüenzas".
El béisbol es un espectáculo deportivo de grandes masas de seguidores en Puerto Rico. Así ha sido por décadas. El registro histórico de la liga profesional de béisbol invernal lo constata. Y el talento de peloteros puertorriqueños en Grandes Ligas demuestra su persistencia cultural.
El presente cierre patronal de la Liga de Béisbol Profesional de Puerto Rico ha provocado un merecido diluvio de críticas en contra de los administradores.


No hay pelota invernal boricua. ¿Y quién sabe si la "habrá" en el futuro? Yo no sé si el fracaso se debe a que los organizadores son "viejitos" y/o porque son "unos sinvergüenzas". Lo que sí sé es que, como comentaba la compañera, se acabó el béisbol.
Pensé hacer una analogía de la desaparición de la liga boricua con la ridícula zozobra del Titanic, pero resultaría en hipérbole. Más bien, la liga flotó a la deriva por varios años como un inmenso témpano de hielo hacia aguas templadas que finalmente se la tragaron.

AP
Alex Cintrón es uno de los ligamayoristas que no deja de jugar en PRLa letanía de quejas de los organizadores y los dueños de franquicia apunta hacia un ultraje de tiburones carnívoros descontrolados como: "los jugadores de Grandes Ligas no quieren jugar"; "la economía está mala"; "la visita de los Expos de Montreal cambió el panorama"; y "los aficionados no van a los parques".
Pamplinas. El béisbol de Puerto Rico desapareció porque los organizadores no tomaron las medidas necesarias para reformarlo en un nuevo producto del mundo del espectáculo.

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