miércoles, 12 de diciembre de 2007

Un lugar en la final

El choque arrancó como una final, muy disputado y difícil. Los tunecinos eran menos en los papeles, pero plantearon un partido cerrado, que le complicó la vida al equipo de Miguel Angel Russo.

Boca mostró actitud desde el primer minuto, al tiempo que algunos problemas para vincular volantes con delanteros. Sin embargo, la iniciativa fue del xeneize durante todo el partido.

Etoile se paraba muy ordenado y esperaba en su campo. A mediados del primer tiempo ya había emparejado el partido y probaba desde lejos la atención y los reflejos de Caranta. La única buena de los africanos fue un remate cruzado de Chermiti, bien contenido por el arquero dentro del área.

En la segunda mitad todo cambió, Boca se soltó, presionó mucho más y siguió buscando el ataque a pesar de estar en ventaja.

La levantada xeneize se sostuvo por la buena tarea de Vargas con la pelota, que administró con rapidez y mucho criterio, y por la movilidad de Palacio, que se mostró rápido, picante y muy despierto.

La mala noticia llegó a los 20 de la segunda etapa, cuando el colombiano Vargas levantó la pierna muy alta en plancha para disputar una pelota, el árbitro le mostró la segunda tarjeta amarilla y Boca se quedó con diez hombres.

Incluso en desventaja numérica el equipo mantuvo la supremacía y el control de la pelota. Etoile no inquietó, buscando con tiros de larga distancia como único recurso.

Cerca del final, a Alvaro González (que ingresó por Neri Cardozo) le hicieron un claro penal que el árbitro Claus Bo Larsen no cobró. Hubiera sido la oportunidad perfecta para liquidar el pleito.

Hasta el minuto 90, Boca sostuvo la ventaja con Palacio aguantando bien la pelota, haciendola circular y tocando rápido y preciso. El equipo tunecino apuró por necesidad, aunque nunca asustó.

Gran partido de Boca en el segundo tiempo, que jugará la final del Mundial de Clubes este domingo ante Milan o Urawa.

0 comentarios:

Publicar un comentario

Dejanos tu comentario

 
Web Analytics